A veces da miedo abrir los ojos, porque por ahí los abrís y ves todo patas para arriba. Y eso es lo que en verdad da miedo, los cambios. Como un chico que juega a las escondidas tapándose los ojitos creyendo que así no lo ven. Uno, a veces, cierra los ojos como si así fueran a desaparecer los problemas. Como si muerto el cartero fueran a desaparecer las cartas. Uno se hace el perro que tumbó la olla, como si el dolor que siente no existiera. Uno detesta y ama a esa persona, o a ese espejo, que te canta las cuarenta. Uno detesta y ama a quien abre tus ojos. Abrir los ojos tiene gusto a membrillo con queso, es agridulce. Por un lado, como que se pierde la magia. Pero por el otro, se sale del engaño. A veces lo que tenemos que ver es tan horrible, que preferimos hacer la vista gorda, cerrar la tranquera, y vivir en una cajita de cristal. Y otras veces la burbuja se pincha, y no queda otra que abrir los ojos, y mirar los que no queremos ver. El corazón se nos estruja y nos quedamos sin aire, ahogados. Duele abrir los ojos. Es como salir de la oscuridad, que la luz te enceguece. Ojos que no ven, corazón que no siente. Mejor mirar para otro lado, dicen. Meter la cabeza abajo de la tierra como hace la avestruz. Pero para que algo cambie hay que romper la burbuja, hay que salir de la cajita de cristal... Abrir los ojos y animarse a ver. Aunque lo que haya para ver te estruje el corazón.
miércoles, 25 de abril de 2012
martes, 10 de abril de 2012
Utopia
Las utopías, como dice Eduardo Galeano, la utopía esta en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Pero entonces uno se pregunta, ¿para qué sirve la utopía si siempre se aleja? Para eso sirve, para caminar.
Para tener una utopía hay que tener fé, para creer que eso que deseamos es posible. Una utopía, por definición, es algo que no existe, un puerto inalcanzable, pero necesario para viajar.
La utopía es una llamada a la ilusión, al inconformismo, a la rebeldía, al compromiso. La utopía es una llamada a la esperanza. Por eso, para cambiar el mundo, es tan necesaria.
Aveces me pregunto cuales son mis sueños. ¿Con qué sueño? No se, con todo sueño. Me parece que todo puede ser. A veces uno no puede soñar, o a veces la realidad es tan terrible que uno solo puede soñar con despertarse al otro día, o poder comer, o poder seguir de pie. Recién ahora estoy aprendiendo a soñar. ¿Será aporque soy autentica, porque tengo amigos auténticos, una familia autentica y una vida autentica? Con el tiempo aprendí que las cosas me dejaban pero aprendí que hay saber soltarlas. Las cosas que no nos pertenecen siempre siguen de largo. Y fue así como me llegaron cosas nuevas a mi vida. Mi sueño en un principio era ser una triunfadora. Pero bueno, yo antes pensaba que ser una triunfadora era ser alguien. Era ser el que otros querían que sea. Pero bueno, recién ahora me doy cuenta que ser un triunfador es ser quien yo quiera ser. Varios de mis sueños ya se cumplieron. Hoy tengo la familia que soñé y los amigos que soñé. Mi mamá dice que la vida es una rueda. Y aprendí a soñar, y volví a respirar, también. Porque esto es como el aire, ¿no? Está ahí para quien quiera respirarlo. Mi sueño es tener la fuerza para cumplir todos los sueños.
Para tener una utopía hay que tener fé, para creer que eso que deseamos es posible. Una utopía, por definición, es algo que no existe, un puerto inalcanzable, pero necesario para viajar.
La utopía es una llamada a la ilusión, al inconformismo, a la rebeldía, al compromiso. La utopía es una llamada a la esperanza. Por eso, para cambiar el mundo, es tan necesaria.
Aveces me pregunto cuales son mis sueños. ¿Con qué sueño? No se, con todo sueño. Me parece que todo puede ser. A veces uno no puede soñar, o a veces la realidad es tan terrible que uno solo puede soñar con despertarse al otro día, o poder comer, o poder seguir de pie. Recién ahora estoy aprendiendo a soñar. ¿Será aporque soy autentica, porque tengo amigos auténticos, una familia autentica y una vida autentica? Con el tiempo aprendí que las cosas me dejaban pero aprendí que hay saber soltarlas. Las cosas que no nos pertenecen siempre siguen de largo. Y fue así como me llegaron cosas nuevas a mi vida. Mi sueño en un principio era ser una triunfadora. Pero bueno, yo antes pensaba que ser una triunfadora era ser alguien. Era ser el que otros querían que sea. Pero bueno, recién ahora me doy cuenta que ser un triunfador es ser quien yo quiera ser. Varios de mis sueños ya se cumplieron. Hoy tengo la familia que soñé y los amigos que soñé. Mi mamá dice que la vida es una rueda. Y aprendí a soñar, y volví a respirar, también. Porque esto es como el aire, ¿no? Está ahí para quien quiera respirarlo. Mi sueño es tener la fuerza para cumplir todos los sueños.
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