Aveces quisiéramos decir tantas cosas que no podemos decir con palabras, que cada vez que intentamos decirlas nos quedamos mudos, y tal vez es lo mejor, ya que a veces es mas claro un gesto que una palabra. A veces los gestos son mas tercos que las palabras, uno puede cerrar la boca, pero enmudecer el cuerpo es imposible, salvo pequeñas excepciones, claro. Salvo que te paralicen el cuerpo con un gesto tan implacable que te dejen durisimo. A veces los gestos son tan claros que nos dejan mudos, casi con la boca abierta. A veces quisiéramos ser un mimo para expresar nuestros sentimientos con mímicas y ahorrarnos el trabajo tan difícil de decirlo.