A veces me pregunto por que actuamos de un u otra manera. ¿Nunca se han preguntado como son en realidad? Creo que nadie es en realidad quien dice ser, por que actuamos según con quien estamos y quien queremos ser. Ya que nos da miedo que dirán sobre nosotros. Pero que pasa si nos centramos en la cuestión mas importante y sincera, ¿Quiero ser así?.
La gente que realmente es feliz, y es difícil encontrar a alguien así, es aquella que no le importa el que dirán de ellos. Los complejos y las interioridades y en especial las personas que se creen por encima del resto no son felices. Y el razonamiento es bien sencillo; el fenómeno conocido socialmente como “gente normal” no es más que el echo de afrontar lo que uno tiene delante y darle una respuesta sincera. Pero pocos son así, ni yo soy capaz de alcanzar ese punto, hasta el momento. Pero… y si aceptáramos tal reto? Y si dijéramos: basta ya de engañarme, ya es suficiente. No te engañes, tus defectos te hacen ser una persona más, porqué somos tan socialmente caprichosos que queremos agradar a todo el mundo aunque tengamos que cambiar nuestra forma de ser por unos minutos, horas o segundos para conseguirlo? Solo la cabeza nos puede hacer llegar a esa conclusión, y desafortunadamente, la dejamos en casa más veces de las que nuestra conciencia es capaz de recordar.
La gente que realmente es feliz, y es difícil encontrar a alguien así, es aquella que no le importa el que dirán de ellos. Los complejos y las interioridades y en especial las personas que se creen por encima del resto no son felices. Y el razonamiento es bien sencillo; el fenómeno conocido socialmente como “gente normal” no es más que el echo de afrontar lo que uno tiene delante y darle una respuesta sincera. Pero pocos son así, ni yo soy capaz de alcanzar ese punto, hasta el momento. Pero… y si aceptáramos tal reto? Y si dijéramos: basta ya de engañarme, ya es suficiente. No te engañes, tus defectos te hacen ser una persona más, porqué somos tan socialmente caprichosos que queremos agradar a todo el mundo aunque tengamos que cambiar nuestra forma de ser por unos minutos, horas o segundos para conseguirlo? Solo la cabeza nos puede hacer llegar a esa conclusión, y desafortunadamente, la dejamos en casa más veces de las que nuestra conciencia es capaz de recordar.